Precintos en los kits de limitación

Un limitador de potencia no se compone únicamente de las propias piezas limitadoras, sino también de un dispositivo antimanipulación, un elemento obligatorio tanto en los limitadores que son mecánicos (bien compuestos por arandelas o topes del acelerador) como en los dispositivos electrónicos, tal y como establece el  Ministerio de Industria. En un post anterior hablamos de los diferentes tipos de limitadores que existen y sus características y funcionamiento.

El dispositivo antimanipulación es comúnmente conocido como precinto, aunque es una denominación errónea e incompleta; el precinto es sólo una parte de dicho dispositivo, puesto que éste se compone además de un hilo metálico. Su función es advertir o delatar posibles manipulaciones que se hayan podido realizar al limitador, como su propio nombre indica. Para las motos Euro 4, además, es obligatoria una etiqueta adhesiva identificativa que contiene algunos datos relativos a la homologación del kit de limitación.

Por otro lado, el precinto cuenta con un número de serie que va ligado con el bastidor de la moto, lo cual se refleja en la documentación de la misma. Dicho número nunca se repite en otro precinto diferente, por lo que una vez desinstalado (para lo que se necesita romper al menos el hilo) no sería reutilizable ni existiría la posibilidad de adquirir otro con la misma numeración, quedando así el kit limitador totalmente invalidado. La solución, en este caso, pasaría por desinstalar primero la limitación al completo, con su correspondiente certificado de taller y anotación de la restitución a la potencia original por parte de la ITV en la ficha técnica, y después adquirir un nuevo limitador.

Precinto de un limitador de potencia.

El precinto es una pieza de resina acetálica y el hilo es metálico, siendo ambos de gran resistencia y aguantan altas temperaturas.

Un precinto tampoco servirá para diferentes motos (al igual que pasa con el resto de piezas del kit), ya que va ligado a esa moto en particular y a la documentación que entrega el fabricante del limitador, que acredita la instalación de dicho dispositivo y que debe presentarse a la ITV para su legalización.

No es, por tanto, una pieza de ‘quita y pon’ que se pueda quitar y volver a poner a voluntad, ya que de esta manera no cumpliría su función delatadora de posibles manipulaciones.

Por lo tanto, el único motivo justificado por el que se debe desinstalar es porque ya no se necesita el limitador: bien porque se va a vender la moto a un tercero para quien no es necesario, o bien porque ya se ha obtenido el carnet A y por tanto no hay que cumplir con la potencia máxima de 35 kW, etc. En todo caso, la desinstalación debe ser llevada a cabo por un taller de motos y acudir posteriormente a la ITV, tal y como explicamos en un post anterior.

Pero, ¿qué pasa si, por cualquier otro motivo, se necesita un nuevo dispositivo antimanipulación, ya que pueden darse casos como accidentes, actos de vandalismo, etc.? En primer lugar, se debería contactar con el fabricante del limitador, quien determinará la solución más adecuada. Sin embargo, como en cualquier sector, cada compañía tiene sus propias políticas de garantías y condiciones específicas. Normalmente existe un período de garantía de 2 años para el cliente que adquirió el limitador, así como otras circunstancias a cumplir que dependen de la empresa que comercializa la limitación.

En definitiva, se debe comprender que el precinto y el hilo metálico que conforman el dispositivo antimanipulación son una parte más del limitador de potencia, tan esenciales como el resto de piezas. Desmontar el dispositivo limitador y/o el dispositivo antimanipulación es responsabilidad única y exclusiva de quien lo decide, provocando con ello la invalidez de la limitación.

Consejos para acertar en la compra de tu moto de segunda mano

Son muchos los conductores que en algún punto de su vida deciden comprar una moto de segunda mano. Hoy en día Internet facilita muchísimo esta labor ya que se dispone de una oferta mucho más amplia, es más fácil comparar precios de diferentes vendedores y es posible comprar desde diferentes lugares, lo que amplía enormemente el abanico de posibilidades.

SEGUNDA MANO

Sin embargo, más allá de revisar el estado general de la moto y fijarnos en si el precio es razonable o no, hay otros muchos aspectos a tener en cuenta y que pueden marcar la diferencia entre una buena compra y una decepción posterior. Por ello, te ofrecemos a continuación una serie de consejos sobre qué aspectos debes revisar, comprobar y confirmar antes de ponerte a buscar o de finalizar la compra de tu moto de segunda mano:

  • En primer lugar, si ya sabes qué marca y modelo de moto quieres, compara ofertas. Eso sí, debes tener cuidado con aquellas que a simple vista parecen un “chollo” por su bajo precio: en la mayoría de las ocasiones no será realmente así. Piensa que, si es una moto en buen estado y que cumple todos los requisitos legales, nadie querrá perder dinero en su venta.
  • Revisa los kilómetros y verifica que sean lógicos para los años que tiene la moto. Si es un número muy bajo, existe la posibilidad de que haya sido manipulado para así aumentar el precio de venta.
  • Acude a un taller mecánico profesional: puede ayudar a detectar problemas que incluso el vendedor desconoce. Revisa el sistema de escape, los neumáticos (desgaste, presión o profundidad del dibujo), la batería, los frenos, desgaste de las gomas de los reposapiés, estado del asiento, etc.
  • Es importante revisar los aspectos mecánicos, pero no te olvides de consultar la documentación: el historial o libro de garantía donde podrás ver sus reparaciones o revisiones e inspecciones de ITV. Además, es recomendable que pidas en la DGT un informe del vehículo para comprobar que todo está en orden: datos técnicos, situación administrativa, posibles cargas o gravámenes…
  • Si el vendedor es un particular comprueba su DNI antes de hacer la compra o, si es una empresa o taller de motos, verifica su NIF u otros datos, como el registro mercantil.
  • Recuerda que es recomendable adquirir la moto a través de una tienda de motos especializada: te darán garantía y, además, no tiene por qué ser más caro que si lo haces directamente con el dueño de la moto.
  • Prueba la moto: Si el vendedor te lo permite, pruébala. Es importante que te sientas a gusto con ella, que sea manejable y se adapte a ti.
  • Si tienes el carnet A2 debes tener especial cuidado con la potencia de serie de la moto y comprobar que ésta cumpla todos los requisitos para ser limitable. Te encontrarás, por tanto, con dos posibilidades:
    • Puedes comprar una moto que venga ya limitada a 35 o 25 kW, pero comprueba que realmente tenga instalado el dispositivo limitador y que esto se refleje adecuadamente en la ficha técnica. De lo contrario, podrías encontrarte con problemas con la ITV de difícil solución.
    • También puedes comprar una moto que no supere los 70 kW (95 cv) de serie y adquirir posteriormente un kit de limitación para que sea un taller el que te lo instale. Ten en cuenta que en este caso tendrás que comprobar también, antes de adquirir cualquier moto, de que existe kit de limitación para dicha marca y modelo. Puedes consultar si existe un limitador de potencia para la moto que quieres en Atimpex.
  • Ten cuidado con las fichas técnicas: son frecuentes los errores y omisiones en motos anteriores al año 2000 y podrían condicionar la viabilidad de instalar una limitación de potencia.

En definitiva, no debes tener prisa por adquirir tu moto: es más importante comprobar diferentes aspectos que verifiquen el buen estado del vehículo y su documentación y que este sea acorde con el precio, que apresurarse en una compra que puede dar lugar a un mayor desembolso posterior por problemas que no habías previsto.